Ya son varios años los que esta hermandad carmelita lleva haciendo este acto, pero nunca vieron los hermanos de la calle Calatrava su capilla rebosando de público a esas horas de la madrugada, ni pensaron que tendrían que usarse sillas de los veladores de los bares de alrededores para que la gente pudiera seguir el acto acomodado y desde la plaza.
Y es que este año ha sido especial, se recuperaban los toques de cornetas y clarines a la Virgen del Carmen, y se estrenaba además una composición dedicada especialmente a Ella. Además, como el año anterior, se le cantarían al comienzo las coplas que goza en su patrimonio musical, y como novedad, al término del acto, un joven cantaor deleitaría a los asistentes con unas emotivas y sentidas sevillanas, que finalmente, fueron enlazadas con un fandango.
La noche comenzó de manera solemne e intimista. A las 23.30 h. la capilla lucía con luz tenue y un silencio rotundo para oír a la Banda de CC.TT. de Ntra. Sra. de los Ángeles que interpretarían los Gozos a la Virgen del Carmen compuestos y regalados por D. Cristóbal López Gándara, y que se estrenaban en esa ocasión. A continuación la voz de Dña. Belén Alcaide Garrido pondría el tono melódico y sentimental de la noche con las hermosas coplas a la Stma. Virgen de D. Antonio Muñoz Maestre, y que serían acompañadas por las notas de la guitarra de la mano del profesional D. Diego Núñez Pineda.
Serían las 23.40 h. cuando el pregonero de las Glorias de Sevilla del presente año, D. Fco. Javier Segura Márquez llegaría al atril para saludar a la Stma. Virgen del Carmen, y como nos tiene acostumbrado, escribió en versos, y también como de costumbre, nos deleitó a todos tocándonos en lo más hondo y reviviendo momentos cofrades, de glorias y sentimentales, llegando a levantar hasta cuatro ovaciones, y poniendo al púbico en pié en cuanto terminó su disertación.
A las doce en punto, la salva de aplausos para el exaltador conformaría el momento de mayor júbilo y alegría que completaría la noche que empezó solemne e intimista, y coincidiría con el repique de las campanas, la iluminación de la capilla y el lanzamiento de decenas de cohetes y fuegos de artificio que pondrían luz y color a la noche del Carmelo en el cielo de la calle Calatrava.
Para concluir, de nuevo la Banda de CC.TT. de Ntra. Sra. de los Ángeles interpretarían los Gozos a la Virgen del Carmen, y a continuación, la magistral voz de D. José Manuel Arévalo Rodríguez interpretaría unas sevillanas que narraban la legendaria historia de aquel pozo que se cobija dentro de la capilla, relacionando el agua de este que a tantos vecinos de antaño dio de beber, con el amor que él mismo y el barrio profesan a la Virgen del Carmen. El acompañamiento musical de la guitarra corrió a cargo del mismo anteriormente citado, y es digno de destacar, así como los adornos vocales del cantante, que finalizó las cuatro sevillanas y empalmó un fandango casi improvisado a la Stma. Virgen.
El público permaneció intacto hasta el final, cuando se cantó la Salve y D. Pedro Juan Álvarez, párroco de Omnium Sactorum, abriría oficialmente el besamanos de la imagen. Este mismo decía abandonando la capilla que jamás había asistido a ese acto, y que le pareció algo verdaderamente maravilloso y distinto a todo lo que conocía y pudiera imaginar. Por otra parte, D. Andrés Martín, delegado de Glorias del Consejo de Hermandades, afirmaba que había sido algo innovador y novedoso para la ciudad, y en su conjunto, muy emotivo.
Y es que este año ha sido especial, se recuperaban los toques de cornetas y clarines a la Virgen del Carmen, y se estrenaba además una composición dedicada especialmente a Ella. Además, como el año anterior, se le cantarían al comienzo las coplas que goza en su patrimonio musical, y como novedad, al término del acto, un joven cantaor deleitaría a los asistentes con unas emotivas y sentidas sevillanas, que finalmente, fueron enlazadas con un fandango.
La noche comenzó de manera solemne e intimista. A las 23.30 h. la capilla lucía con luz tenue y un silencio rotundo para oír a la Banda de CC.TT. de Ntra. Sra. de los Ángeles que interpretarían los Gozos a la Virgen del Carmen compuestos y regalados por D. Cristóbal López Gándara, y que se estrenaban en esa ocasión. A continuación la voz de Dña. Belén Alcaide Garrido pondría el tono melódico y sentimental de la noche con las hermosas coplas a la Stma. Virgen de D. Antonio Muñoz Maestre, y que serían acompañadas por las notas de la guitarra de la mano del profesional D. Diego Núñez Pineda.
Serían las 23.40 h. cuando el pregonero de las Glorias de Sevilla del presente año, D. Fco. Javier Segura Márquez llegaría al atril para saludar a la Stma. Virgen del Carmen, y como nos tiene acostumbrado, escribió en versos, y también como de costumbre, nos deleitó a todos tocándonos en lo más hondo y reviviendo momentos cofrades, de glorias y sentimentales, llegando a levantar hasta cuatro ovaciones, y poniendo al púbico en pié en cuanto terminó su disertación.
A las doce en punto, la salva de aplausos para el exaltador conformaría el momento de mayor júbilo y alegría que completaría la noche que empezó solemne e intimista, y coincidiría con el repique de las campanas, la iluminación de la capilla y el lanzamiento de decenas de cohetes y fuegos de artificio que pondrían luz y color a la noche del Carmelo en el cielo de la calle Calatrava.
Para concluir, de nuevo la Banda de CC.TT. de Ntra. Sra. de los Ángeles interpretarían los Gozos a la Virgen del Carmen, y a continuación, la magistral voz de D. José Manuel Arévalo Rodríguez interpretaría unas sevillanas que narraban la legendaria historia de aquel pozo que se cobija dentro de la capilla, relacionando el agua de este que a tantos vecinos de antaño dio de beber, con el amor que él mismo y el barrio profesan a la Virgen del Carmen. El acompañamiento musical de la guitarra corrió a cargo del mismo anteriormente citado, y es digno de destacar, así como los adornos vocales del cantante, que finalizó las cuatro sevillanas y empalmó un fandango casi improvisado a la Stma. Virgen.
El público permaneció intacto hasta el final, cuando se cantó la Salve y D. Pedro Juan Álvarez, párroco de Omnium Sactorum, abriría oficialmente el besamanos de la imagen. Este mismo decía abandonando la capilla que jamás había asistido a ese acto, y que le pareció algo verdaderamente maravilloso y distinto a todo lo que conocía y pudiera imaginar. Por otra parte, D. Andrés Martín, delegado de Glorias del Consejo de Hermandades, afirmaba que había sido algo innovador y novedoso para la ciudad, y en su conjunto, muy emotivo.
